Me es imposible ver la foto de la familia de Messi y no sentir: “este es el mensaje más potente”.
¡Cuánto podríamos decir sobre esta foto!
Una familia en armonía puede movilizar más que mil tratados de psicología.
El mejor jugador de fútbol del mundo, es a la vez, el más humilde.
Quisiera citar un texto anónimo, diseminado por las redes, acompañando a la foto de este artículo:
“De todas las imágenes que nos llegaron me quedo con esta: Messi compartiendo su alegría con su familia, su mayor copa.
Messi dijo ‘Dios me permitió ganar esta copa’.
Pone a Dios en su lugar de instancia superior y el se pone en el lugar de mortal que corresponde.
A Maradona le hicieron creer que era Dios, y él se sintió Dios y le comieron el alma.
¡Bien por Messi!
El hombre con una misión que cumplir, un don que administrar, y la gracia de entender dónde está lo importante, qué lugar ocupa Dios y qué lugar ocupa un hombre a quien le fue dado todo lo que cualquier mortal pudiese desear ser.
Y él elige ser primero padre, esposo, hermano, hijo, amigo, compañero, humilde, y sobre todo creyente.
“No es poco en este mundo”.
Pocos posteos en la historia de mi muro de Facebook movilizaron tantos corazones como este.
Ante palabras tan formidables, solo quisiera agregar:
Un hombre y una mujer, sin hablar, nos dan la imagen de una familia con vínculos humanos sanos: fidelidad, respeto, motivación, compañía, alegría, superación de crisis en pareja y en familia… y para rematar… el amor profundo a Dios.
La foto es una poesía, un canto a la vida, un canto a Dios.
Dios presente en el corazón de las familias, del día a día, del amor y de la lucha por potenciar la relación en la entrega mutua, en las buenas y en las malas.
No son perfectos. Son humanos. Y lo más lindo… son bien humanos.
Cuánto tenemos que aprender que lo más maravilloso radica en lo más sencillo.
¡Teléfono para la pastoral familiar!
“Ante las familias, y en medio de ellas, debe volver a resonar siempre el primer anuncio, que es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario” *.
No tanta teoría y acoso con lo que “hay que hacer”.
Y más testimonio y transmisión de vida, que es lo que genera cambios del corazón.
* Papa Francisco, Amoris Laetitia #58