La Comunidad de Sant’Egidio da el pésame a la familia comboniana por el terrible e insensato atentado contra la misión de Chipene, en el norte de Mozambique, del que fue víctima la hermana María De Coppi. Es necesario honrar el ejemplo de una monja que, como tantas otras hermanas y cohermanos, dio su vida por este país del sur de África en el que estaba presente desde hacía sesenta años y cuya ciudadanía también había obtenido. Solidaridad y cercanía también con el Padre Loris y el Padre Lorenzo, que se vieron obligados a huir tras el incendio de su colegio y otras estructuras de la misión.
Sant’Egidio, que precisamente hace 30 años contribuyó a poner fin a una guerra civil que duró 16 años y se cobró un millón de víctimas, lanza un llamamiento a la comunidad internacional para que no olvide estos terribles atentados yihadistas, que ya han causado demasiados muertos y más de 800.000 desplazados que no pueden ser abandonados a su suerte, en una región rica en recursos del subsuelo pero pobre en todo.
Mientras tanto, Sant’Egidio asegura que seguirá, con sus numerosas Comunidades en el país, trabajando por la paz, empezando por la solidaridad debida a los miles de refugiados internos.
Roma, 7 de septiembre de 2022