Enrique Soros, comunicador social, ofrece este artículo “La Iglesia se enfrenta al desafío sinodal (2)” en el que explica cómo es posible el espíritu sinodal entre visiones divergentes.
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El Sínodo de Obispos sobre Sinodalidad presenta a la Iglesia un una oportunidad histórica: ser transición entre una Iglesia que tiene respuesta para todo y una Iglesia que en primer lugar escucha; entre una Iglesia que define -Roma locuta, causa finita- y una Iglesia que abraza, que va en busca de quienes se encuentran en la periferia, que abre el corazón a todos.
Nos encontramos hoy en medio de esa dualidad. Pero esto no es un problema en sí, si solo se trata de distintas perspectivas, por más que sean a veces un tanto o bastante radicales. El disentimiento despierta creatividad en personas nobles. Se trata de una oportunidad de educar la propia personalidad y de apuntar a descubrir los puntos de unidad en medio del disenso.
Sin espíritu sinodal no podemos ser Iglesia
El problema serio es cuando una posición se confronta a la otra y se genera división. Este hecho se expresa con claridad cuando se ataca al papa con violencia, por sentir que no expresa lo que uno juzga como única perspectiva válida. Esa actitud divide, daña gravemente la unidad de la Iglesia, y se cierra a una visión de la Iglesia como sinodal, como familia.
Gaudete et Exsultate
El Papa Francisco resume con valentía y claridad dos enemigos de la santidad, en el capítulo segundo de su exhortación apostólica Gaudete et Exsultate, Alegraos y Regocijaos. Define de esta forma el pensamiento mecanicista, que no permite comprender y valorar los contextos, la realidad compleja.
Sobre el gnosticismo
Uno de estos enemigos es el gnosticismo actual. Lo expresa diciendo que “El gnosticismo supone una fe encerrada en el subjetivismo, donde solo interesa una determinada experiencia o una serie de razonamientos y conocimientos que supuestamente reconfortan e iluminan, pero en definitiva el sujeto queda clausurado en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos’(EG)”. GE 36.
Sobre el pelagianismo
Sobre los “pelagianos”, Francisco apunta a que “… en el fondo solo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas o por ser inquebrantablemente fieles a cierto estilo católico. Cuando algunos de ellos se dirigen a los débiles diciéndoles que todo se puede con la gracia de Dios, en el fondo suelen transmitir la idea de que todo se puede con la voluntad humana, como si ella fuera algo puro, perfecto, omnipotente, a lo que se añade la gracia. Se pretende ignorar que no todos pueden todo, y que en esta vida las fragilidades humanas no son sanadas completa y definitivamente por la gracia”. (cfr. última frase: Sto. Tomás de Aquino). EG 49.
El pensamiento orgánico, sinodal
Al ser conscientes de que no todo se puede con la voluntad humana, podemos ser empáticos con la realidad del otro, comprenderlo en su vivencia personal, escucharle, abrazarle e invitarle a ser parte de una Iglesia que le acoge.
El Papa Francisco responde a las desviaciones planteadas presentando las Bienaventuranzas en el capítulo tres de Gaudete et Exsultate. Siempre es el camino de la humildad el que permite encontrar los caminos de Dios, de unidad, de comunidad. “Felices los pobres de espíritu, felices los mansos, felices los misericordiosos, felices los de corazón limpio, felices los que trabajan por la paz…”
Un corazón manso y misericordioso está abierto a la escucha, a la diversidad de pensamiento y es consciente de que la verdad es más compleja de lo que creía.
La Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe
Ese es el camino que anduvieron los mil asambleístas de la Asamblea Eclesial de América Latina la semana pasada, 100 presencialmente desde Ciudad de México y 900 virtualmente, desde todo el continente americano. Se espera que los 12 Desafíos Pastorales a los que se arribó en el último día de la Asamblea, sirvan de inspiración para una implementación profunda del espíritu de Aparecida en América Latina y el Caribe, y que el proceso sinodal caminado sea un aporte para el espíritu sinodal de la Iglesia universal.
Es posible el espíritu sinodal entre visiones seriamente divergentes
En su alocución en la mencionada Asamblea Eclesial, el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo de Obispos sobre la Sinodalidad, expresó al respecto de marcadas diferencias de perspectiva, que “otro aspecto ha caracterizado la vida eclesial de este continente, desde hace al menos treinta años: el contraste radical entre dos visiones de la Iglesia, que ha dado lugar a una profunda división del cuerpo eclesial… El Sínodo nos pide caminar juntos. No será posible una conversión misionera si no se lleva a cabo una conversión sinodal, que implica una escucha humilde y respetuosa del otro y de sus razones; que tenga la valentía de pedir y dar el perdón; que quiera la unidad no al precio de la verdad, sino que nunca identifique la verdad con ‘mi’ verdad. Tal vez este sea el mayor esfuerzo, pero también constituirá el testimonio más fuerte, que dará contenido al don de la experiencia sinodal que pueden ofrecer a toda la Iglesia”.
En la presentación anterior hemos analizado las dos prioridades centrales de los 12 Desafíos Pastorales de la Iglesia de América Latina y el Caribe, como conclusión de la Asamblea Eclesial. En la próxima entrega desarrollaremos las doce propuestas.