Sínodo, elecciones, violencia y migrantes son algunos de los temas tratados por los obispos de la Conferencia Episcopal de Chile, al finalizar su 124ª Asamblea Plenaria, celebrada de 8 a 12 de noviembre de 2021. Al final del encuentro, los obispos y administradores diocesanos dieron a conocer un mensaje que lleva por título “La paz esté con ustedes”.
Una Iglesia cada día más sinodal
En primer lugar, el Episcopado chileno acogió con entusiasmo la invitación del Papa Francisco para participar en el Sínodo de los obispos sobre la sinodalidad, agregando que “necesitamos seguir profundizando nuestra condición de Pueblo de Dios, que, ungido por el Espíritu, está llamado a hacerse responsable de la misión evangelizadora”. En este sentido recordaron que la Iglesia en Chile lleva un tiempo de “discernimiento, preparando la III Asamblea Eclesial Nacional”, a la que además se sumó el proceso de Asamblea Eclesial Latinoamericana y del Caribe.
Sobre esta cuestión, reconocieron estos caminos como “una oportunidad para ser una Iglesia cada día más sinodal, profética y esperanzadora con Jesucristo en el centro, desterrando toda clase de abusos”, procesos que contemplan una gran participación laical.
Proceso electoral nacional
Por otro lado, ante el proceso de elección nacional expresaron que como pastores confían en la participación activa de “todos quienes pueden votar. Es una forma excelente para cuidar la democracia y hacer respetar el Estado de derecho, reafirmando que Chile es un país de hermanos. Es una muy buena manera de promover el bien común y la paz social”.
Además, recuerdan que, para los cristianos, “es necesario tener en cuenta que en las decisiones que afrontamos se juegan valores esenciales para una nación fundada en las enseñanzas del Evangelio, que estamos llamados siempre a custodiar y promover”.
Diálogo sincero y espíritu constructivo
De este modo y con humildad invitan “al Pueblo de Dios y a todos los habitantes de nuestro querido Chile a que promuevan espacios de fraternidad, de diálogo sincero y de un espíritu constructivo”. Los obispos además expresan la urgencia de superar todas aquellas actitudes, palabras y actos que generan “discordia, tensiones inútiles y odiosidad entre nosotros” y señalan que es mayor es la responsabilidad de buscar un clima de concordia “entre quienes ejercen alguna función pública, pensar en el país que se le dejará a las futuras”. Urgen a que el compromiso sea “decidido y claro en contra de la violencia como forma de acción política”.
Por otra parte, a los católicos y personas de buena voluntad se les convoca a “trabajar por la paz y por superar todas las causas de inequidad: ‘la paz es fruto de la justicia’”, dicen remitiendo al profeta Isaías. “Los motivos de la violencia muchas veces suelen estar vinculados a la marginación social, a la falta de perspectivas frente al futuro, a una profunda inequidad en la distribución de los bienes que están destinados a todos y a demandas históricas no adecuadamente asumidas”.
Asimismo en la declaración manifiestan “una gran preocupación por la situación que están viviendo los migrantes que llegan a las fronteras”. Esto “urge a que asumamos como sociedad una respuesta que respete su dignidad. La crisis migratoria nos interpela profundamente, así como las causas que la provocan y en cómo hacemos memoria de la acogida que Chile siempre ha dado al forastero”. Los prelados añaden que “hemos visto, con dolor, en una parte de la población signos de xenofobia y de injustas discriminaciones” y llaman a las autoridades a que “con diligencia colaboren para proporcionar ayuda a estas personas, mejorando y agilizando los procesos de regularización de quienes se encuentran en el país”.
Al concluir el mensaje, los obispos exhortan a todos los miembros de la Iglesia a que “seamos prontos y solícitos en buscar la voluntad de Dios en nuestras vidas en un ambiente de oración, fuente de gracia en todos nosotros” y hacen una especial solicitud a la Virgen María en este tiempo dedicado a ella, a que nos “acompañe y proteja”.