“Voy entre ustedes como peregrino de paz, para repetir: ‘Todos ustedes son hermanos’” (Mt 23,8), expresa el Papa Francisco en su videomensaje a Irak difundido hoy, 4 de marzo de 2020.
Un día antes de comenzar su viaje a este país, que comenzará mañana día 5 y se prolongará hasta el 8 de marzo, Francisco, primer pontífice en visitarlo, saluda al pueblo iraquí: “Assalam lakum! [¡La paz sea con ustedes!]”.
Peregrino penitente y de paz
“Anhelo conocerlos, ver sus rostros, visitar su tierra, antigua y extraordinaria cuna de la civilización. Voy como peregrino, como peregrino penitente, a implorar al Señor el perdón y la reconciliación tras años de guerra y terrorismo, a pedir a Dios consuelo para los corazones y curación para las heridas”, expresa el Santo Padre.
El Papa remarca que acude a esta tierra “como peregrino de paz en busca de la fraternidad, animado por el deseo de rezar juntos y de caminar juntos, también con los hermanos y hermanas de otras tradiciones religiosas, en el signo del padre Abraham, que une a musulmanes, judíos y cristianos en una sola familia”.
Caricia para una “Iglesia mártir”
Asimismo, se dirige a los hermanos cristianos “que han dado testimonio de la fe en Jesús en medio de las pruebas más difíciles, con emoción espero verlos. Me honra encontrarme con una Iglesia mártir. ¡Gracias por vuestro testimonio!”.
“Que los numerosos mártires, demasiados, que ustedes han conocido nos ayuden a perseverar en la fuerza humilde del amor. Aún tienen ante sus ojos las imágenes de casas destruidas y de iglesias profanadas, y en sus corazones las heridas por los afectos perdidos y los hogares abandonados”, recuerda el Pontífice.
De este modo, desea “llevarles la caricia afectuosa de toda la Iglesia, que está cerca de ustedes y del atormentado Oriente Medio, y que los anima a seguir adelante. No permitamos que los terribles sufrimientos que han experimentado, y que tanto me apenan, prevalezcan”.
Peregrino de esperanza
“No nos rindamos ante la propagación del mal. Las antiguas fuentes de sabiduría de vuestras tierras nos guían hacia otra parte, a hacer como Abraham que, aun dejándolo todo, nunca perdió la esperanza (cf. Rm 4,18) y, confiando en Dios, dio vida a una descendencia tan numerosa como las estrellas del cielo. Queridos hermanos y hermanas, dirijamos nuestra mirada hacia las estrellas. Allí está nuestra promesa”, prosigue el Obispo de Roma.
El Santo Padre también indica que en estos años su pensamiento ha estado “en ustedes que han sufrido tanto pero no se han desalentado. En ustedes, cristianos, musulmanes; en ustedes, pueblos, como el pueblo yazidí, los yazidíes, que han sufrido tanto, tanto; todos hermanos, todos”.
“Ahora vengo como peregrino de esperanza a vuestra tierra bendita y herida. En vuestra casa, en Nínive, resonó la profecía de Jonás, que evitó la destrucción y trajo una nueva esperanza, la esperanza de Dios. Dejémonos contagiar por esa esperanza, que nos anima a reconstruir y a empezar de nuevo. Y en estos duros tiempos de pandemia, ayudémonos a fortalecer la fraternidad, para construir juntos un futuro de paz. Juntos, hermanos y hermanas de cada tradición religiosa”, apunta el Sucesor de Pedro.
Continuar el camino de Abraham
“Desde vuestra tierra”, prosigue, hace miles de años, “Abraham emprendió su camino. Hoy nos corresponde a nosotros continuarlo, con el mismo espíritu, recorriendo juntos los senderos de la paz. Por eso invoco sobre todos ustedes la paz y la bendición del Altísimo”.
“Y a todos ustedes les pido que hagan lo mismo que Abrahán, que caminen en la esperanza y nunca dejen de mirar a las estrellas. Y a todos les pido por favor que me acompañen con la oración. Shukran! [¡Gracias!]”, concluye el Papa Francisco.