El Papa Francisco ha indicado que “el fundamento de la verdadera igualdad entre todos los miembros de la gran familia humana, es esa nueva dignidad de hijos (de Dios, ndr) y herederos en Cristo”, la filiación divina adquirida en el Bautismo.
En la audiencia general de hoy, 8 de septiembre de 2021, celebrada en el Aula Pablo VI, el Santo Padre ha proseguido con la serie de catequesis sobre la sobre la Carta de san Pablo a los Gálatas y centró su meditación en el tema: “Somos hijos de Dios” (cf. lectura: Gal 3,26-29).
En el resumen de sus palabras en español, Francisco resaltó que en la Carta a los Gálatas, san Pablo “nos recuerda que somos hijos de Dios por la fe en Jesucristo”. De este modo, el Bautismo “nos reviste de una nueva dignidad, nos hace hermanos en Cristo, lo que nos permite dirigirnos a Dios con confianza y llamarlo ‘Padre’”.
Asimismo, “al insistir en la novedad de la revelación y la filiación divina, san Pablo afirma que hay una profunda unidad entre todos los bautizados, que va más allá de su condición cultural, social o religiosa, porque cada uno es una criatura nueva en Cristo”, subraya el Papa.
El Pontífice explica que el Apóstol “nos enseña que cualquier diferencia que se establezca entre las personas es secundaria respecto a la dignidad de hijos de Dios”, por ello “los creyentes nunca deberían dar espacio a lo que separa o discrimina, sino a todo lo que favorece la llamada de Dios a la unidad y la fraternidad”. Por tanto, concluye, “el fundamento de la verdadera igualdad entre todos los miembros de la gran familia humana, es esa nueva dignidad de hijos y herederos en Cristo”.
