En la mañana de hoy, viernes 27 de agosto de 2021, el Papa Francisco ha recibido en audiencia en el Palacio Apostólico Vaticano a la iraquí Nadia Murad, Premio Nobel de la Paz en el año 2018, que cuatro años antes fue hecha esclava por el Estado Islámico y sufrió el asesinato de muchos de sus familiares. En diciembre de 2018 se reunió con el Santo Padre, a quien regaló su libro autobiográfico “Yo seré la última”.
El Papa en Irak, signo de esperanza
En esta entrevista con los medios de comunicación del Vaticano, Nadia Murad habló de los frutos que tendría la visita del Pontífice a Irak e hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que trabajase por la liberación de las numerosas mujeres yazidíes que seguían en manos de los yihadistas.
Asimismo, la joven iraquí comentó que “la visita del Papa Francisco a Irak no solo es histórica en sí misma, sino que llega en un momento histórico para el pueblo iraquí, que se está reconstruyendo tras el genocidio, la persecución religiosa y décadas de conflicto. La visita del Papa ha iluminado el potencial de la paz y la libertad religiosa. Simbolizó que todos los iraquíes, al margen de su fe, son igualmente merecedores de dignidad y de derechos humanos”.
También relató cómo, en su audiencia con Francisco en 2018, debatieron “en profundidad sobre la experiencia de genocidio de la comunidad yazidí, en particular la violencia que soportan las mujeres y los niños”. Al respecto, mostró su alegría porque su “historia se haya quedado con él y que se sintiera llamado a llevar este mensaje a Irak”. Su defensa de la causa yazidí, añadió, “es un ejemplo para que otros líderes religiosos de la región amplíen el mensaje de tolerancia hacia minorías religiosas como los yazidíes”.
Nadia Murad
Tal y como describe la web de la Enciclopedia Británica, Nadia Murad, de nombre artístico Nadia Murad Basee Taha nació en 1993 en Kawjū (Kocho), Irak. Es activista de derechos humanos que fue secuestrada por el Estado Islámico en el país en agosto de 2014 y vendida como esclava sexual. Escapó tres meses después, y tras este suceso comenzó a hablar sobre la trata de personas y la violencia sexual, especialmente en lo que respecta a las mujeres yazidíes.
Murad también habló de los malos tratos a la comunidad yazidí en general. En 2016 fue nombrada embajadora de buena voluntad de las Naciones Unidas para la dignidad de las supervivientes de la trata de personas y recibió varios reconocimientos. En 2018 fue copartícipe, junto al médico congoleño Denis Mukwege, del Premio Nobel de la Paz.