La Comisión Nacional de Pastoral de Adicciones y Drogodependencia de la Conferencia Episcopal Argentina comparte el comunicado “Salud mental para el Pueblo”, en el que llama a la concienciación sobre el drama causado por el consumo de alcohol y drogas, “una auténtica pandemia de sufrimientos” y propone las “3 C”, “Club, Colegio y Capilla”, como alternativa.
En la nota se describe cómo esta última semana, en Argentina, “hemos conocido la profunda y prolongada situación de dolor y sufrimiento personal, provocada por sus adicciones, que atravesaba un joven músico argentino”.
Pandemia de sufrimientos
De este modo, “una vez más aparece en primer plano una realidad que nos golpea: transitamos una auténtica pandemia de sufrimientos, entre ellos las adicciones y otros trastornos mentales severos. Sumemos el sedentarismo, base insidiosa sobre la que cabalgan infinidad de enfermedades individuales y sociales. No hay una salud física, por un lado, y otra salud psicológica y espiritual por otro. Necesitamos tender hacia la armonía”.
“En medio del ruido mediático y político, no debemos caer en luchas de opiniones que tergiversen lo que desde esta Pastoral venimos exponiendo hace tiempo y con la voz bien alta: en toda la Patria, pero especialmente en los barrios populares, la diseminación de la droga combinada con la disociación comunitaria que se instala con la cultura del descarte, se produce una crisis psico-sociológica y del sentido de la vida, que se expande y se agrava con consecuencias epidemiológicas de escala”, se lee en el texto.
El comunicado explica que al ataque “a la Fe de los Pueblos, se ha sumado una desatención de los cuerpos, como si la realidad humana pudiera reducirse a un ‘sujeto abstracto’, una especie de epifenómeno, mezcla de ideas de época, deseos individuales y virtualidad”. Los jóvenes “en nuestros barrios necesitan un orden cotidiano que les proponga jugar, comer, dormir, trabajar, tener un destino compartido, como parte sustancial de su naturaleza humana”.
Club, Colegio y Capilla
En contraposición, la citada comisión apunta que “los tratamientos de salud mental deben ser realizados preferentemente en el ámbito de la comunidad. Pero primero debe existir una comunidad dispuesta a hacerse cargo del otro sufriente”, la actitud “del buen samaritano”. Asimismo, ofrecen la propuesta de las “3 C”: “Club, Colegio y Capilla”, como “respuesta esencial de abordaje simple, práctico, popular, cristiano y humanista de esa integralidad faltante en los barrios de la Argentina”, que puede replicarse “en todo el territorio federal, para ser acogido por todos como modo de reconstrucción de una Nación que sufre”.
La nota subraya que la Ley Nacional de Salud Mental Nº 26.657, sancionada en 2010, que estableció taxativamente que el Estado debe destinar el 10% del presupuesto sanitario a ese ámbito de acción, está lejos de cumplirse. Por eso, reclama “un diálogo más sincero sobre nuestro sistema de salud y los límites que lo definen”. En este sentido, se proponen los clubes, parroquias y cooperativas como “nuevos actores, sustanciales y no marginales, donde encarnar procesos de salud desde un planteo de redes”.
Además, el Episcopado hace un llamado a cuidar de los niños como camino de prevención y a buscar alternativas al concepto de “manicomio”, “edificando las realidades alternativas como las comunidades terapéuticas que realizan su labor con miramiento por los derechos humanos y con suficiente método científico”, pues, “las familias las necesitan”. Es por ello que “las relaciones fluidas entre Club, Colegio y Capilla, y las redes de atención primaria de la salud aparecen como una fusión de horizontes posiblemente estratégica”.
“Las claves están en un Estado que invierta, desarrollando masivamente servicios adecuados, dialogando con los sectores y, sobre todo, reconociendo las instituciones vitales de nuestros barrios”, concluye el comunicado de la comisión episcopal.