En la audiencia general de esta mañana, el Papa Francisco ha reflexionado sobre la vida de Jesús “en continuo diálogo con el Padre, en comunión con Él; toma las decisiones más importantes de su misión después de orar intensa y prolongadamente. Por eso, Jesús es el modelo perfecto del orante: Quiere que aprendamos a orar como Él, y nos enseña con sus palabras y con su ejemplo”.
Hoy, 2 de junio de 2021, el Santo Padre ha presidido la audiencia general en el patio San Dámaso del Palacio Apostólico vaticano, transmitida en directo, con presencia de algunos fieles, adaptándose a las medidas de prevención frente a la COVID-19, y ha seguido con el ciclo de catequesis sobre la oración, centrándose en el tema “Jesús, modelo y alma de toda oración”.
Jesús, maestro y amigo
El Pontífice ha descrito cómo “los Evangelios nos revelan la importancia de la oración en la vida de Jesús y su relación con los discípulos”. El Señor, indica, “antes de elegirlos, se pone en oración, dialoga con el Padre. Como los ha recibido del Padre, así los lleva en su corazón. Y sabiendo que son débiles, siempre ora en favor de ellos”.
“Con sus actitudes y con el testimonio de su oración perseverante, Jesús se revela como maestro y amigo. Él, a pesar de los errores y las caídas de sus discípulos, espera con paciencia su conversión y ruega por ellos al Padre, para que permanezcan a su lado en las pruebas y no pierdan la fe”, subraya.
El Papa recuerda que Cristo “nos asegura que, aun cuando sintamos que nuestras oraciones parezcan vanas e ineficaces, Él no nos abandona, está siempre a nuestro lado. Reza en nosotros y con nosotros. Intercede a nuestro favor, nos alienta a que perseveremos en la oración, sobre todo en los momentos más difíciles de nuestro camino, porque es su oración la que hace que nuestras humildes peticiones sean eficaces y lleguen el cielo”.
Tener un corazón orante
En las peticiones realizadas en su habitual saludo a los peregrinos de lengua española, de España y Latinoamérica, enmarcándonos en las vísperas de celebrar la Solemnidad del Corpus Christi, Francisco ha pedido al Señor “que nos conceda tener un corazón orante, lleno de confianza y de audacia filial”.
Asimismo, ha rogado que nos dé “la gracia de permanecer siempre unidos a Él y también unidos entre nosotros por la participación en el sacramento de su Cuerpo y de su Sangre”.