El Papa Francisco ha nombrado auditor general a Alessandro Cassinis Righini, hasta ahora auditor general ad interim, informa hoy, 5 de mayo de 2021, la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Alessandro Cassinis Righini
Nació en Roma el 29 de diciembre de 1965. Se licenció en Economía y Comercio en la Universidad de Roma La Sapienza y obtuvo un máster en Administración de Empresas en la Escuela de Administración de la Universidad Bocconi de Milán. Está casado y es padre de tres hijos.
Ha enseñado Strategic management en la Universidad de Roma La Sapienza y en la Universidad Internacional Libre de Estudios Sociales Guido Carli. Tras una experiencia en la Comisión Europea, fue investigador en la Fundación Centro Studi Investimenti Sociali (Censis). A continuación, trabajó como consultor de dirección para Braxton Associates en Londres y para el Grupo Deloitte. Es autor de numerosos artículos sobre el control de la gestión y la economía normativa. En marzo de 2016 fue nombrado auditor adjunto y desde junio de 2017 ocupa el cargo de auditor general en funciones.
Oficina del Auditor General
Tal y como indica el perfil oficial vaticano de esta oficina, el Papa Francisco el 24 de febrero de 2014, mediante la Carta Apostólica emitida Motu Proprio Fidelis dispensator et prudens confió al auditor general la tarea de auditar los Dicasterios de la Curia Romana, las instituciones vinculadas a la Santa Sede o relacionadas con ella, y las administraciones del Governatorato del Estado de la Ciudad del Vaticano.
Además de llevar a cabo con autonomía e independencia las auditorías financieras de las entidades de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano, la Oficina del Auditor General sirve como Autoridad Anticorrupción de acuerdo con la Convención de Mérida en vigor para la Santa Sede y el Estado de la Ciudad del Vaticano desde el 19 de octubre de 2016.
La Oficina del Auditor General también realiza auditorías de situaciones particulares relativas a anomalías en el uso o la atribución de recursos financieros o materiales; irregularidades en la concesión de adquisiciones o la ejecución de transacciones o enajenaciones; actos de corrupción o fraude. En estas mismas situaciones, el auditor general recibe informes de personas que tienen conocimiento de estas anomalías en el ejercicio de sus propias funciones, y protege su identidad, analiza la información y presenta un informe a la Comisión correspondiente (whistleblowing).
El auditor general se relaciona funcionalmente con el Consejo de Economía al que somete su plan anual de auditoría para su consideración y aprobación, así como el informe anual de sus actividades.