10 marzo, 2025

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La impasibilidad no es meta de vida

Más allá del estoicismo: el equilibrio entre la razón y la humanidad

La impasibilidad no es meta de vida
Pexels . Logan Ward

El magisterio del filósofo estoico Epicteto (55-135) fue oral. Su discípulo Flavio Arriano escribió parte de sus lecciones en el Enquiridión y las Disertaciones. Una de las traducciones al español del primero de estos libros se llama Manual de vida (Taurus, 2023). Un texto breve con los consejos de Epicteto para llevar una vida feliz al modo estoico. Hay una visión del ser humano que se trasluce en el texto. Se trata de manejarse en la vida con moderación, haciendo uso de la razón quien señala el camino, la medida para conducirse adecuadamente en medio de las vicisitudes de la narrativa humana. Para este fin, los consejos de Epicteto ayudan a tomarse la vida -diríamos- con filosofía, sin amarguras ni excesos existenciales. Una especie de vida saludable, comida sana y sin agitaciones gratuitas.

Dice nuestro filósofo que hay cosas que dependen del arbitrio de uno y las hay que escapan a nuestro control. La regla de oro está cantada: pon esfuerzo sobre lo que puedas controlar y te es propio. “Recuerda -afirma- que si tienes por libres cosas que por naturaleza son esclavas, y por propias las ajenas, te verás impedido, llorarás, te inquietarás, te quejarás de los dioses y de los hombres. Pero si crees tuyo solamente lo que es tuyo, y ajeno lo que es ajeno, (…), nadie te causará daño, no tendrás enemigos ni padecerás calamidad alguna” (p. 9). El razonamiento es acertado: concéntrate en lo que de ti depende y te evitarás daños de terceros.

Como éste, hay muchos más consejos de Epicteto para llevar una vida sin alteraciones. La razón es la encargada de señalar lo conveniente y, también, de indicar lo absurdo que es preocuparse o tomarse a pecho situaciones que no está en nuestras manos controlar. “Si huyes, pues, sólo de las cosas indeseables que dependen de tu arbitrio, no caerás en ninguna de las que quieres evitar. Pero, si pretendes huir de las enfermedades, de la muerte, de la pobreza, serás infeliz (p. 12)”. La lección es clara.  Haz lo que esté a tu arbitrio y disponibilidad. Asume lo que se te presenta como un hecho, pues su acaecer no depende de ti. Reglas claras y sencillas para ir por la vida serenamente, sin hacer bilis, sin irritaciones. La meta es la impasibilidad, una especie de Yoda, sereno, sabio, sin altibajos. Ya pueden venir temblores o tormentas. El impasible estoico de Epicteto no se contrariaría: si no está en sus manos evitar estos eventos de la naturaleza, ¿para qué inquietarse? ¿por qué habría de perder la paz?

Aciertos luminosos los de Epicteto para emprender proyectos de vida que tengan en cuenta, desde el inicio, lo dado y recibido; así como las competencias personales que nos abren alternativas al alcance de nuestras manos. Este sentido de la realidad nos ayuda a no crear castillos en el aire, ni echar la culpa de nuestras insuficiencias a terceros. Pero, al seguir dándole vueltas a la propuesta de nuestro autor, no me hago cargo de que esté hablando de una persona de las que andamos por las calles, trajinando de aquí para allá, en biografías entrecruzadas e, incluso, enmarañadas.

Llegar a esta ecuanimidad no me resulta alcanzable, ni siquiera deseable. Esta actitud de cirujano, capaz de cortar, separar, saturar impecablemente lo razonable, de lo volitivo y de lo afectivo no me parece humano. De acuerdo con tomarse las cosas con calma, evitando pasiones irritantes y procurando que la objetividad no se pierda por sesgos deformadores de la realidad. Sin embargo, aspirar a esta meta de imperturbabilidad a base de configurar a un ser humano sin sangre en las venas, sin sistema nervioso, sin querencias, sin vínculos, sin amor me parece una propuesta antropológica reduccionista. La impasibilidad no es meta de vida.

Francisco Bobadilla

Francisco Bobadilla es profesor principal de la Universidad de Piura, donde dicta clases para el pre-grado y posgrado. Interesado en las Humanidades y en la dimensión ética de la conducta humana. Lector habitual, de cuyas lecturas se nutre en gran parte este blog. Es autor, entre otros, de los libros “Pasión por la Excelencia”, “Empresas con alma”, «Progreso económico y desarrollo humano», «El Código da Vinci: de la ficción a la realidad»; «La disponibilidad de los derechos de la personalidad». Abogado y Master en Derecho Civil por la PUCP, doctor en Derecho por la Universidad de Zaragoza; Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Piura. Sus temas: pensamiento político y social, ética y cultura, derechos de la persona.