Ya transcurridos varios días de este nuevo año 2025, de seguro todos o la gran mayoría de ustedes se han trazado objetivos y metas a lograr en los diferentes ámbitos de sus vidas. En ese sentido, no es demás recordar, que un objetivo está asociado a acciones medibles en el corto plazo que ayudan a lograr una meta más grande.
Por esa razón voy a poner sobre la mesa, tres objetivos asociados a palabras sencillas y potentes a la vez (por favor, gracias y perdón) que de seguro nos harán mejores personas en todos los ámbitos de nuestra vida personal, familiar y por supuesto laboral. Estos nos llevarán a estar más cerca de nuestra meta personal.
En estas fiestas de Navidad y fin de año, estoy seguro que todos hemos enviado, recibido saludos y parabienes a través de las diferentes redes sociales. Yo no he sido ajeno a esto y más aún con nuestro eminente viaje a un nuevo destino laboral (Bogotá, Colombia). Y en ese sentido deseo compartirles, en forma resumida, un episodio relacionado a esta etapa.
En estos tres años viviendo en Argentina, tuvimos la oportunidad de conocer a muy acogedoras personas y familias, desarrollando un muy especial nivel de cercanía con los García-Costa, Picciafuoco, Semenzato, Moyano, Goñi, Trueba, Fernández-Gorgolas y Fagalde. Cada una de estas familias y parejas con sus particularidades y proximidad, nos dieron su amistad, tiempo y abrieron su corazón para cada uno de nosotros.
En ese sentido, unos los encontramos al darnos la bienvenida en Febrero 2022 y acompañarnos en esos primeros días, otros invitándonos a compartir un asado en domingo (día familiar por excelencia en Argentina), enseñándonos con paciencia a prepararlo al estilo argentino, estando pendientes de nosotros siempre, compartiendo consejos, misiones familiares o simplemente estando ahí al pie del cañón.
Por eso creo que cuando una persona utiliza con frecuencia esas tres palabras que les mencioné en párrafos anteriores (por favor, gracias y perdón) se produce una magia de verdad. Creo que si das desinteresadamente, recibirás aún más.
Cómo escribí en un mensaje que envíe en un chat grupal, creo que muchas anécdotas quedarán guardadas en la mente y el corazón de nuestra familia Perucha.
Entonces no me queda más que decirles a ustedes, familias maravillosas que DIOS puso en nuestro peregrinar por Argentina: !GRACIAS TOTALES!
Al respecto, les comparto con humildad y sin vanagloria de por medio, porque soy consciente que siempre podemos mejorar, algunas respuestas-mensajes de estos amigos al recibir mi mensaje de despedida/agradecimiento.
- “Das amor, recibís amor” eso le digo a mis hijos para la vida. Así que claramente ustedes fueron también responsables de haber formado estos vínculos. Les deseo todo lo mejor en Colombia.
- ¡Un lujo la amistad que se ha logrado a partir de nuestras hijas y eso va a trascender cualquier frontera!
- ¡Ay Hugo! si todos han sido tan generosos y buenos con ustedes es porque se lo merecen! ¡Acá estamos y estaremos para sus niñas que ya son un poco nuestras!
- ¡Son Grossos, tienen no más de lo que se merecen. Así es la vida, si reciben mucho es porque ustedes no se quedaron atrás, también dando un montón y más! ¡Amigos para siempre!
- ¡Nos haces llorar Huguito! Como dicen ahora, no es una despedida sino un hasta luego. El placer es siempre nuestro, encontrar personas y familias que valen tanto, siempre es un REGALAZO.
- ¡Gracias Hugo y Jessi por tan lindo mensaje! ¡Gracias a ustedes por su apertura y amistad! ¡Los queremos! La verdad son unos valientes. Me imagino que les hablarán a sus amigos peruanos de estos locos argentinos.
- ¡Los consideramos grandes Amigos! Nos abrieron las puertas de su casa con una generosidad, calidez y sonrisa que nos hicieron sentir realmente especiales. Tuvimos la suerte de encontrarnos aquel 2022 y que nuestras hijas se hicieran amigas inseparables. Ustedes dejaron una huella en nosotros y estamos seguros que esta amistad, con raíces fuertes, seguirá a la distancia. Les deseamos lo mejor en esta nueva etapa en Colombia
Para finalizar, comparto una frase que calza como anillo al dedo:
San Juan de la Cruz, siglo XVI, “En el ocaso de nuestra vida seremos juzgados en el amor”
¿Te animas a tener a flor de piel siempre estas palabras sencillas pero potentes: por favor, gracias y perdón. ¿Y a dar todo y a seguir remando contra corriente?
