Cómo enfrentar las dudas Pre-Matrimoniales: Un caso real de reflexión y crecimiento

Cómo superar las dudas y fortalecer la relación de pareja en el camino hacia el matrimonio

Víctor y Ángela son una pareja de jóvenes que, tras cinco años de noviazgo, tienen planeado casarse en un futuro cercano. Ya han dado un paso importante, compartiendo una hipoteca para su futura vivienda. Sin embargo, se sienten inseguros y dudan de su relación, poniendo en cuestión el matrimonio que tienen previsto. Deciden acudir a mí en busca de orientación.

En este tipo de situaciones, es difícil ofrecer un consejo claro. En realidad, más que aconsejar, el objetivo es ayudarles a entender en qué situación se encuentran y cómo pueden abordar sus dudas.

Lo que no se debe hacer en una crisis de pareja

Una mala consejería podría ser sugerirles que rompan, diciendo que «no son el uno para el otro». Esta afirmación no solo sería precipitada, sino también injusta, ya que en muchos casos las crisis son transitorias y parte del proceso natural de cualquier relación. Tampoco es adecuado sugerirles que relajen la mente con técnicas de relajación y eviten enfrentar los problemas, ya que esto podría llevar a ignorar cuestiones esenciales que deben ser resueltas.

El camino hacia la reflexión y el entendimiento

La clave en este tipo de momentos es encontrar la raíz de la duda. En mi conversación con ellos, les hablé de la «tierra prometida», utilizando el ejemplo del pueblo de Israel, que tras salir de la esclavitud en Egipto, aspiraba a llegar a una tierra que emanaba leche y miel. El proyecto era prometedor, pero el camino estaba lleno de dificultades.

¿Qué pasa cuando asumimos responsabilidades? ¿Qué sucede cuando dejamos la zona de confort y enfrentamos los retos que conlleva la vida adulta, fuera del amparo de nuestros padres? El pueblo de Israel se enfrentó a la tentación de regresar a Egipto, a su antigua vida de esclavitud, porque la libertad es incómoda, incierta y llena de responsabilidades. Sin embargo, la verdadera libertad es precisamente asumir esas responsabilidades y compromisos, aunque signifique enfrentar riesgos y sacrificios.

La importancia de salir de la zona de confort

De igual manera, Víctor y Ángela comprendieron que la zona de confort —representada por la protección de sus hogares familiares— ya no era suficiente para crecer como pareja y como individuos. Entendieron que, aunque el camino hacia el matrimonio puede ser desafiante, vale la pena abandonarlo para poder llegar a esa «tierra prometida» que es la vida en pareja, basada en el compromiso mutuo.

Fortalecerse en pareja

Les pregunté sobre el «maná» que los ayudaría a continuar su camino. ¿Qué los alimentaba espiritualmente y emocionalmente en su relación? En muchos momentos difíciles, el árbol de los problemas puede nublar la vista del bosque. Así que les pregunté: ¿cuáles eran esos momentos en que podían detenerse, hacer una pausa en sus preocupaciones y simplemente alimentarse de la relación que compartían? Descubrieron que hacía tiempo que no salían a cenar juntos, ni siquiera a pasear o disfrutar de pequeños momentos de descanso.


Al hacer estos «paréntesis», pudieron restablecer su ánimo, reconectar entre sí y dar respiro a su relación. Este simple acto de volver a encontrarse les permitió no solo salvar su relación, sino crecer como individuos y como pareja.

El crecimiento personal a través de las responsabilidades

El asumir responsabilidades nos ayuda a madurar. Eludirlas, por el contrario, nos deja atrapados en una mentalidad inmadura, lo que puede impedir nuestro desarrollo y felicidad. A veces, en la vida, nos encontramos con problemas que no podemos evitar, pero enfrentarlos y asumirlos nos da la oportunidad de crecer, madurar y vivir como adultos.

Finalmente, después de reflexionar, Víctor y Ángela se dieron cuenta de que su proyecto de vida juntos seguía siendo un sueño ilusionante: tener un hogar propio, formar una familia, y caminar juntos por la vida. La visión de su futuro les dio la energía y el compromiso necesarios para seguir adelante con su relación y sus planes de matrimonio.

Un final de esperanza y crecimiento

Al cabo de unos meses, después de haber seguido este proceso de reflexión y autoconocimiento, volví a hablar con ellos. Su relación no solo se había fortalecido, sino que también habían crecido como personas, dispuestos a asumir las responsabilidades que la vida en pareja conlleva. El matrimonio dejó de ser un miedo, para convertirse en un proyecto real y tangible, lleno de esperanza y compromiso.

Esta historia de Víctor y Ángela es un recordatorio de que las dificultades pre-matrimoniales no son necesariamente una señal de que una relación está destinada al fracaso. A veces, son el inicio de un crecimiento personal y de pareja que puede conducir a una vida matrimonial plena y feliz.