En un estudio recientemente publicado en The Lancet y comentado en Nature se anuncia que tres de las cuatro personas que sufrían una deficiencia de células madre limbares (LSCD, por sus siglas en inglés) mejoraron sustancialmente la visión de forma permanente durante un año, luego de recibir un trasplante de este tipo de células obtenidas a partir de células pluripotentes inducidas (iPSC, por sus siglas en inglés). La cuarta persona también experimentó una mejora importante pero no fue duradera.
La investigadora de células madre Jeanne Loring de Scripps Research en La Jolla, California declara: “Los resultados justifican el tratamiento de más pacientes”. La LSCD, con la consiguiente pérdida de las células madre del limbo en el borde de la córnea, afecta gravemente la visión y su tratamiento es difícil. El trabajo a que nos referimos da cuenta de la primera vez que se usan iPSC para tratar esta dolencia.
El mantenimiento de la capa externa de la córnea requiere de las células madre que se encuentran en el llamado anillo limbar que envuelve al iris. Si estas disminuyen o se acaban, se produce la llamada deficiencia de células madre limbares y esto ocasiona ceguera a causa del tejido cicatricial que cubre la córnea. Su origen puede ser de tipo genético, por un traumatismo o de tipo autoinmune.
Para tratar la LSCD se suele utilizar el trasplante células corneales procedentes de células madre extraídas del ojo sano o bien de trasplante de cadáver. En el primer caso se trata de un procedimiento invasivo y con resultados variables; en el segundo nos podemos encontrar con un posible rechazo de tipo inmunológico.
Kohji Nishida, oftalmólogo de la Universidad de Osaka (Japón), y sus colegas emplearon para estos trasplantes iPSC. A partir de células sanguíneas de un donante sano reprogramadas a un estado cuasiembrionario y reconvertidas a células del epitelio corneal formaron una lámina transparente y delgada.
Tomaron parte como sujetos de investigación 4 personas: dos mujeres y dos varones de entre 39 y 72 años con LSCD en ambos ojos. Se raspó la capa de tejido cicatricial de uno de los ojos; posteriormente se suturaron láminas epiteliales procedentes de un donante y se cubrió el ojo con una lente de contacto blanda.
Hay que poner de relieve que, luego de transcurridos 2 años del trasplante, ninguna de las personas que los recibieron han sufrido efectos secundarios graves. Concretamente, no aparecieron tumores, una característica posible cuando se trabaja con células pluripotenciales como las iPSC. Por otro lado, no se dieron casos de rechazo inmunológico ni siquiera en los dos participantes que no fueron tratados con inmunosupresores. Kapil Bharti, investigador de células madre translacionales del Instituto Nacional del Ojo de Estados Unidos, de los Institutos Nacionales de Salud, en Bethesda, Maryland, califica de impresionantes los resultados y dice: «Es importante y un alivio ver que los injertos no fueron rechazados», pero al mismo tiempo subraya que hacen falta más ensayos para garantizar la seguridad de este tipo de procedimientos.
Lo más destacable es que todos los participantes mejoraron sustancialmente su visión de manera inmediata y el área afectada por la LSCD se redujo. Este progreso fue permanente en tres de los cuatro sujetos de investigación. Sólo uno presentó ligeros retrocesos en el año en que fueron observados.
Para Bharti no queda clara la causa de la mejoría en la visión. Podría efectivamente deberse al trasplante y proliferación de esas células epiteliales en la córnea del receptor, pero también podría haber sido causada por el raspado del tejido cicatricial o bien por la migración de células del propio receptor a la zona afectada de la córnea.
Ahora Nishida declara que proyectan realizar ensayos clínicos en el mes de marzo próximo para evaluar la eficacia de este procedimiento. Bharti comenta que en todo el mundo se están realizando otros ensayos a partir de iPSC para tratar enfermedades oculares y declara: «Estos casos de éxito sugieren que vamos en la dirección correcta».
Desde el punto de vista bioético, la utilización de células madre pluripotenciales inducidas procedentes de células somáticas para obtener en este caso células del epitelio corneal, no presenta ningún inconveniente y evita el posible uso de células madre embrionarias, con la consiguiente destrucción de una vida humana incipiente. Además, desde el punto de vista biotecnológico, no ha causado una excesiva proliferación celular que origina tumores, como se ha comprobado en este estudio.