Jacinto Bátiz es una de las voces más mediáticas de la medicina paliativa. Durante 24 años fue jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital San Juan de Dios de Santurce-Vizcaya y desde 2017 es director del Instituto para Cuidar Mejor, del mismo hospital, para la divulgación y sensibilización. También es uno de los colaboradores habituales de la web del Observatorio de Bioética.
Tras jubilarse continúa con su actividad docente, publicando artículos y escribiendo libros como «Hacia una cultura paliativa» o «¡Cuidadme así!», de los que ha hablado en el Centro de Humanización de la Salud San Camilo. donde le entrevistamos. –Dice que con algunos de sus artículos periodísticos ha conseguido más que escribiendo un libro.
- ¿Qué responsabilidad tiene un medio de comunicación para conseguir cambios en lo sanitario?
- Los medios de comunicación tenéis una labor fundamental en estos temas. Los médicos paliativistas tenemos ideas, pero no sabemos cómo comunicarlas y los periodistas no tienen ideas, pero saben comunicar para que la sociedad lo entienda. Cuando en una jornada aparece un periodista me alegro, porque sé que sabrá transmitirlo y divulgarlo. La sociedad necesita saber qué son los cuidados paliativos y, a menos que los viva de cerca, es una realidad que desconoce.
- ¿En este sentido qué recomendaría la revista Humanizar?
- Ahora tenemos un instrumento muy bueno que son las redes sociales y hay que estar ahí, por ejemplo, divulgando las Jornadas de Cuidados Paliativos que se hacen desde el Centro San Camilo. Actividades con las que conseguís humanizar y también reivindicar que los cuidados paliativos no sean el privilegio de unos pocos sino un derecho de todos.
- ¿La cultura paliativa sería posible sin la humanización de la salud?
- En estos momentos los profesionales sanitarios estamos muy comprometidos con la medicina preventiva y tenemos clara la medicina curativa, pero cuando no somos capaces ni de una cosa ni la otra llega la medicina paliativa. Asignatura que no se enseña en la universidad, la aprendemos sobre la práctica cuando tenemos que estar con el enfermo y acompañarle. La medicina paliativa es la del acompañamiento, la del acercamiento humano, la que más necesita el enfermo en ese momento. Más que una muerte digna, tenemos que humanizar el proceso de morir: contestar a las preguntas del paciente, escucharle, tocarle, acompañarle… que sienta que es el centro de nuestra atención.
- ¿Es un reto para la sociedad?
- Una sociedad se mide por su grado de responsabilidad en la atención a las personas más débiles, dependientes, frágiles, vulnerables y sufrientes. No se trata de hacer una ley para eliminar a la persona que sufre, sino de hacer leyes que eliminen el sufrimiento de las personas. Nadie quiere sufrir… Sin embargo, el sufrimiento es inherente a la vida humana. La figura del psicólogo es fundamental para hacer ver los distintos ángulos del sufrimiento y ayudar al paciente a afrontarlos con sus propios recursos. Así trabajamos en paliativos: abordando la dimensión física, la emocional o psicológica, la social y familiar, y la dimensión espiritual o trascendental. Esta última es la que observa una mayor demanda al final de vida, cuando el paciente te dice “ayúdeme a dar sentido a mi vida”, algo que va más allá de lo religioso.
- ¿Qué hacer para generar una cultura paliativa?
- Acercarnos a los focos de la sociedad donde se debaten estos temas: ayuntamientos, asociaciones, barrios… donde explicar lo que son los cuidados paliativos. Hablar de la muerte ayuda a no ofrecer resistencias entre los pacientes. La información aclara conceptos, porque aún hay gente que confunde sedación con eutanasia. Hacer cultura también es formar a los médicos y profesionales en que la medicina paliativa no es la medicina de la caridad, no es “la palmadita en la espalda” sino una medicina científicamente demostrada y con evidencia científica; además es eficaz y eficiente. Este es el mensaje que tenemos que hacer llegar a los profesionales y los ciudadanos. Cuando lleguemos a implementar los cuidados paliativos a los ciudadanos estaremos consiguiendo una cultura paliativa, para lo que es fundamental: la divulgación o sensibilización, la formación, la investigación y la innovación. Todo para cuidar mejor.