Karol Wojtyła perdió a sus seres queridos muy pronto. Cuando en 1941 murió su padre, quedó solo: primero había perdido a su amada madre y también a su hermano. Durante toda su vida, visitó la tumba de sus padres y de su hermano, que se encuentra en Cracovia, en el cementerio Rakowicki. Lo hizo como sacerdote, obispo, cardenal; también lo hizo como Papa durante sus viajes a Polonia. Como poeta, dedicó a su madre un conmovedor poema inspirado probablemente en una de estas visitas a la tumba familiar.
«En tu tumba blanca
florecen las blancas flores de la vida.
Oh, cuántos años han pasado sin ti,
¿cuántos años hace?
En tu tumba blanca
ya cerrada desde hace tanto:
como si arriba algo se alzara,
como la muerte incomprensible.
En tu tumba blanca,
oh madre, mi amor extinguido,
con tanto afecto filial
hago mi oración:
Dios, dale el descanso eterno»
Emilia Kaczorowska en Wojtyła murió el 13 de abril de 1929. Dejó a su esposo, Karol Wojtyła, y dos hijos: el mayor, Edmund, y el pequeño, Karol junior, el futuro Papa. El cuerpo de Emilia fue llevado a Cracovia, al cementerio Rakowicki, y fue sepultado en una tumba ya existente que pertenecía a sus familiares. En 1934, Karol Wojtyła senior hizo construir en la parte militar del cementerio las tumbas de las familias Wojtyła y Kaczorowski, y es allí donde fue trasladado el cuerpo de la madre de Juan Pablo II, que se encuentra actualmente.
Junto a Emilia fue sepultado Edmund Antoni Wojtyła, el hijo primogénito de los Wojtyła. Nació el 28 de agosto de 1906. En 1924, dio el examen de madurez y posteriormente, entre 1924 y 1929, estudió en la Facultad de Medicina de la Universidad Jagellónica de Cracovia. Terminó sus estudios de Medicina en 1930 y comenzó a trabajar primero en un hospital pediátrico en Cracovia y luego, desde 1931, en la ciudad de Bielsko. En 1932, el doctor Wojtyła se convirtió en jefe del departamento de enfermedades infecciosas y allí contrajo escarlatina de una joven paciente, una enfermedad que en ese entonces era mortal. Murió en pocos días. Para Karol, que tenía 12 años, fue un momento dramático. Como reveló en una conversación con André Frossard: “La muerte de mi madre se me grabó profundamente en la memoria, y quizás más aún la de mi hermano, debido a las circunstancias dramáticas en las que ocurrió, y porque yo era más maduro”. Primero, Edmund fue sepultado en Bielsko, pero luego su ataúd fue trasladado a la tumba familiar en el cementerio de Rakowicki en Cracovia.
En 1938, Karol Wojtyła junior se trasladó con su padre a Cracovia. Vivían en un modesto apartamento en la calle Tyniecka 10. Durante la guerra que estalló en 1939, el joven Karol trabajaba en la fábrica Solvay y cada día llevaba a casa en las gavetas la comida cocinada por una familia amiga, los Kydryński. El 18 de febrero de 1941, el joven obrero Karol, al regresar del trabajo en las canteras, encontró muerto a su padre. A una conocida confesó: “No estuve presente en la muerte de mi madre, no estuve presente en la muerte de mi hermano, no estuve presente en la muerte de mi padre”. Años después, en una conversación privada con un amigo en el Vaticano, Juan Pablo II recordó esa noche después de la muerte de su padre. “Nunca me había sentido tan solo”, confesó. El funeral tuvo lugar el 22 de febrero de 1941 en el cementerio Rakowicki, donde Karol senior fue sepultado en una tumba junto a su esposa y su hijo Edmund.
La tumba de los padres de San Juan Pablo II es un lugar de visita para muchas personas, signo del culto extendido hacia estos dos Siervos de Dios. En la víspera de las celebraciones de Todos los Santos, también el cardenal Stanisław Dziwisz visitó el cementerio Rakowicki para rezar en la tumba de Emilia, Karol y Edmund Wojtyła (foto Archidiócesis de Cracovia).