Los Santos: Testigos de Caminos de Luz para Todos Nosotros

Ángelus

En la Solemnidad de Todos los Santos, el Papa Francisco, antes del rezo del Ángelus, reflexionó sobre la vida santa y las Bienaventuranzas. Recordó que vivir en santidad es un “don de Dios”, pero también requiere nuestra “respuesta” a sus designios y a sus buenas inspiraciones. Nos invitó a ponernos al servicio de los demás, tal como Jesús nos enseñó.

Los Santos: Modelos de Vida Según las Bienaventuranzas

Francisco nos animó a mirar a los santos, aquellos hermanos y hermanas “moldeados por las bienaventuranzas”. Son personas «llenas de Dios», incapaces de ser indiferentes ante las necesidades de los demás, y nos muestran caminos luminosos que también nosotros podemos seguir. Nos preguntó si en nuestras oraciones pedimos a Dios “el don de una vida santa” y si nos dejamos guiar “por los buenos impulsos que su Espíritu” suscita en nosotros, practicando “las bienaventuranzas del Evangelio” en nuestras vidas cotidianas. Esta fue la invitación del Papa antes del Ángelus, al reflexionar sobre el Evangelio de Mateo donde Jesús proclama las Bienaventuranzas, descritas por Francisco como “el carné de identidad del cristiano y el camino hacia la santidad”, según la exhortación apostólica Gaudete et exsultate.

El Camino del Amor y la Santidad: Un Don y una Respuesta

El Papa destacó que este camino de amor es tanto un regalo de Dios como nuestra respuesta. En su nueva encíclica Dilexit nos, Francisco subraya que “es al Señor a quien pedimos que nos haga santos, que haga nuestro corazón semejante al suyo”. Es Dios quien, con su gracia, “nos sana y nos libera de todo lo que nos impide amar como Él nos ama”, permitiendo que en nosotros haya “menos yo para dejar espacio a Dios”, como decía el Beato Carlo Acutis.

La Importancia de Nuestra Respuesta

Sin embargo, Francisco aclaró que nuestra respuesta es crucial. Dios “nos ofrece su santidad, pero no nos la impone”. Siembra esta santidad en nosotros y luego espera nuestra respuesta, permitiéndonos seguir sus buenas inspiraciones y participando en sus proyectos. Nos llama a hacer nuestros sus sentimientos, poniéndonos al servicio de los demás con una caridad cada vez más universal y abierta al mundo entero.

Ejemplos de Santidad

El Papa ofreció ejemplos inspiradores de santidad, mencionando a San Maximiliano Kolbe, quien en Auschwitz se ofreció para ocupar el lugar de un padre de familia condenado a muerte; Santa Teresa de Calcuta, que dedicó su vida al servicio de los más pobres; y San Óscar Romero, asesinado en el altar por defender los derechos de los oprimidos. Estos santos, y muchos otros, tanto en los altares como en nuestra vida diaria, son modelos de personas “llenas de Dios”, incapaces de permanecer indiferentes ante las necesidades del prójimo y testigos de caminos luminosos que también nosotros podemos seguir.

Una Invitación a la Santidad

Finalmente, el Papa Francisco nos hizo una pregunta crucial: ¿Pedimos a Dios, en nuestras oraciones, el don de una vida santa? ¿Nos dejamos guiar por los buenos impulsos que su Espíritu suscita en nosotros? ¿Nos comprometemos a practicar las Bienaventuranzas en nuestra vida diaria? Concluyó pidiendo a María, “Reina de todos los Santos”, que nos ayude a hacer de nuestra vida un camino de santidad.


Esta reflexión del Papa Francisco nos invita a mirar hacia los santos no solo como ejemplos a seguir, sino como testimonios vivos de que el camino hacia la santidad es posible para todos nosotros.