En el ámbito del matrimonio y la familia, muchos se preguntan si es posible hablar y opinar con autoridad sin haber experimentado personalmente el matrimonio. A lo largo de 30 años, he escuchado y ayudado a numerosas parejas a navegar sus problemas, no solo en confesión, sino también fuera de ella. Mi experiencia me ha permitido comprender que, más allá de enseñar técnicas específicas sobre cómo manejar una relación, la clave está en valores universales como el perdón, el servicio, el cariño, los favores, la comprensión y el saber ceder.
Durante estos años, he dedicado aproximadamente el 60% de mi tiempo a escuchar a dos o tres parejas al día, a veces por separado, lo que me ha brindado una perspectiva única sobre los desafíos y soluciones en las relaciones matrimoniales. Es fundamental entender que la base de cualquier consejo o apoyo efectivo radica en la experiencia acumulada de escuchar y comprender.
La Terapia del Cariño
Uno de los libros más interesantes que he leído es «La Terapia del Cariño» (La Terapia de le Cocole), escrito por un terapeuta de parejas. Aunque leí este libro hace 20 años y no recuerdo al autor, la esencia de su mensaje sigue siendo relevante: no hay mejor terapia que el cariño.
Ante situaciones difíciles como la depresión, pérdida de empleo, conflictos familiares o problemas de salud, es común recibir una variedad de consejos sobre actividades que pueden ayudar, como leer, hacer ejercicio, disfrutar del aire libre, o encontrar un hobby. Sin embargo, la verdadera solución a menudo radica en el cariño, en tratar y querer a nuestra pareja con amor y dedicación.
La Aplicación del Cariño
La terapia del cariño implica tratar a nuestra pareja con amor en cada aspecto de la vida cotidiana. Esto incluye la forma en que nos dirigimos a ellos, el tono de voz que usamos, las invitaciones que hacemos, así como la admiración y el reconocimiento de sus logros. Evitar mencionar errores menores y centrarse en lo positivo es crucial para mantener una relación saludable y amorosa.
Ejemplo de Jesús con sus Apóstoles
Un claro ejemplo de la terapia del cariño lo encontramos en la relación de Jesús con sus apóstoles. Después de la resurrección, Jesús se apareció a sus discípulos sin reproches ni humillaciones, ofreciendo paz y cariño en lugar de críticas. Este periodo de 50 días, desde la resurrección hasta la ascensión, estuvo marcado por un acompañamiento lleno de amor y comprensión, preparándolos para su misión futura con una fuerza renovada.
Al aplicar la terapia del cariño en nuestras propias casas, debemos aprovechar cada oportunidad para mostrar amor y afecto a nuestra pareja y familia. Con palabras amables, gestos cariñosos y una actitud comprensiva, podemos fortalecer nuestras relaciones y superar juntos cualquier desafío. Así que, terminando esta reflexión, piensa en qué puedes hacer hoy mismo para mostrar cariño a tus seres queridos. La decisión está en tus manos: puedes elegir el reproche o el cariño. Optemos siempre por el amor y el respeto mutuo.
Que Dios los bendiga siempre, queridos amigos. Soy el padre Ángel Espinosa de los Monteros. Muchas gracias por leer este artículo. Suscríbete para más contenido y sígueme en todas mis redes sociales. Hagamos todo el bien que podamos y que Dios los bendiga siempre.
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