Con motivo del 78º Aniversario del levantamiento del gueto de Varsovia, celebrado hoy 19 de abril de 2021, el obispo Rafał Markowski, presidente del Comité Episcopal para el Diálogo con el Judaísmo, ha señalado que los insurrectos del gueto son un símbolo de la lucha por la libertad.
Una nota publicada por la Oficina de Comunicación Exterior de la Conferencia Episcopal Polaca recoge cómo el prelado explica que dicho aniversario “es un llamamiento al amor al prójimo, al respeto y al reconocimiento de la dignidad de todo ser humano. Hay que recordar inequívocamente que, a la luz del Evangelio, cualquier manifestación de odio y agresión, incluido el antisemitismo, es un pecado”.
Símbolo de la lucha por la libertad
Hoy precisamente se cumplen 78 años del estallido del levantamiento del gueto de Varsovia contra la ocupación nazi alemana de Polonia. El obispo Markowski recuerda que la capital polaca fue escenario de dos levantamientos durante la Segunda Guerra Mundial. En 1943 se produjo el del gueto Varsovia y, al año siguiente, el de toda Varsovia.
El presidente del Comité añadió que dicho levantamiento fue un intento heroico de frustrar “el plan demoníaco de exterminar a todo el pueblo judío”. Los ocupantes alemanes, prosigue, “habían comenzado a asesinar a los habitantes del gueto de Varsovia dos días antes de la fiesta judía más importante, la Pascua, y el fin del exterminio de los judíos en la capital se simbolizó con la destrucción de la Gran Sinagoga de la calle Tłomackie”.
Asimismo, subraya que los insurgentes del gueto de Varsovia demostraron heroísmo, una gran voluntad de vivir y fortaleza de espíritu: “Son un símbolo de la lucha por la libertad. Así lo expresa conmovedoramente uno de los lemas del levantamiento: ‘Si sobrevivimos, entonces sólo como pueblo libre; y, si esto es imposible, entonces como pueblo libre moriremos. Venceremos a la muerte en la batalla’”.
“Hoy recordamos a nuestros hermanos y hermanas que murieron en el gueto en circunstancias espantosas. Recordamos a todos los deportados a los campos de exterminio, a las cámaras de gas de Treblinka, Majdanek y otros lugares”, expresa.
Asimismo, Markowski evoca los hermosos narcisos, símbolo del recuerdo de aquellos trágicos acontecimientos y de las heroicas personas que perdieron la vida en defensa de su dignidad y libertad, que florecen cerca del muro, en el monumento de la Umschlagplatz, en la calle Stawki de Varsovia: “Me gustaría dar las gracias a todos los que se unieron a la campaña ‘Narcisos’ para conmemorar a los héroes del levantamiento del gueto de Varsovia. De este modo, también destacamos la importancia de la comunidad y la solidaridad, la necesidad de dialogar más allá de las diferencias, como dice el lema que acompaña a esta campaña: Nos une la memoria”.
Recuerdo de san Juan Pablo II
Del mismo modo, cita las palabras de san Juan Pablo II que, hablando en marzo del año 2000 en el Centro Yad Vashem de Jerusalén, dijo: “La Iglesia rechaza el racismo en cualquiera de sus formas como negación de la imagen del Creador inherente a todo ser humano”.
Y también rememora que “el Papa polaco nos recordó el vínculo de la historia de nuestra Patria, creada por cada uno de sus hijos e hijas en los últimos mil años. Subrayó: ‘Todo eso -incluida la historia de los pueblos que han vivido con nosotros y entre nosotros, como los que murieron por cientos de miles dentro de los muros del gueto de Varsovia (…). Todo eso lo abrazo en el pensamiento y en el corazón durante esta Eucaristía y lo incluyo en este único y santísimo Sacrificio de Cristo, en la Plaza de la Victoria’”.