Tras la 38ª Asamblea General del Consejo Episcopal Latinoamericano CELAM, los obispos de América Latina y el Caribe enviaron una carta al Papa Francisco en la que expresan que “queremos presentarle la nueva estructura pastoral del CELAM que hemos aprobado”, fruto del “inmenso trabajo realizado durante dos años bajo la animación de la Presidencia para ejecutar el mandato dado por la Asamblea de Honduras en 2019”.
En sus palabras, los prelados recuerdan que la 38ª Asamblea General se realizó en el contexto de la pandemia del COVID-19, que pone al descubierto “la fuerte inequidad que vive el continente” y que la ha acentuado, ya que el índice pobreza por ingreso ha crecido un 12%.
“Como pastores del Pueblo de Dios queremos poner un oído en el grito de la tierra y en el clamor de los pobres con la conciencia de que todo está conectado, y el otro oído en el Evangelio del Reino de Dios con la esperanza de salir de esta crisis juntos y mejores”, se lee en la misiva, en la que recuerdan las palabras del Obispo de Roma: “todos estamos en la misma barca” y “nadie se salva solo”.
Desbordados por desafíos
Los miembros del episcopado reconocen al mismo tiempo que se sienten desbordados por la realidad y por los desafíos, de igual forma confían “en que Dios sorprende, renueva, fortalece e inspira a la Iglesia a desbordarse en creatividad pastoral”. Así, manifiestan al Papa Francisco su deseo de “seguir la lógica del desborde” expuesta en su Exhortación Apostólica Postsinodal “Querida Amazonía” (cf. QA 104-105).
Asimismo, recuerdan que el desborde es una novedad del Espíritu Santo “que abre la posibilidad de una superación creativa de los conflictos y las polaridades”, apuntando que el Santo Padre “ha querido promover este tipo de ‘desbordes’ dentro de la Iglesia reavivando la antigua práctica de la sinodalidad”.
Asamblea de América Latina
Por otra parte, los participantes de la Asamblea reiteraron su apoyo a la organización y ejecución de la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe: “Aparecida, memoria y desafíos”, con la activa participación del Pueblo de Dios, particularmente durante el actual proceso de escucha. “Recorremos este camino como un aprendizaje de la práctica de la sinodalidad que deberá ser el talante y el estilo de nuestra vida eclesial presente y futura”, se lee en el mensaje.
Del mismo modo, confirman su compromiso para “ejercitar un discernimiento colegial y sinodal a través de una escucha atenta de los ‘gemidos inefables’ del Espíritu Santo” y de los clamores del Pueblo de Dios.
Para ello confirmaron que el horizonte que se han propuesto incluye los cuatro sueños propuestos por el Papa en ‘Querida Amazonía’. “Queremos ser una Iglesia que: anime al continente para que luche por los derechos de los más pobres y una sociedad más justa (sueño social); preserve su patrimonio cultural en un diálogo intercultural (sueño cultural); custodie su belleza natural y el valor de la vida (sueño ecológico); una Iglesia con comunidades cristianas capaces de darle un rostro latinoamericano y caribeño que de un claro testimonio del Señor Resucitado (sueño eclesial)”.
Finalmente, los obispos de América Latina y el Caribe agradecen el ministerio y magisterio del Santo Padre, que de manera especial les ha iluminado en este tiempo de pandemia a través del testimonio y la palabra, al tiempo que le aseguran su oración y le piden su bendición paternal.