Con una celebración solemne, que fue presidida por el Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador, Monseñor Alfredo José Espinoza Mateus, sdb, la tarde de este lunes 25 de marzo, la Iglesia católica que peregrina en Ecuador renovó su Consagración al Sagrado Corazón de Jesús. La celebración tuvo lugar con ocasión de la conmemoración de los 150 años de la histórica consagración, acontecimiento por el que el Papa Francisco escogió a Ecuador como sede del 53° Congreso Eucarístico Internacional IEC2024.
La celebración, que se ofició en la Basílica del Voto Nacional, fue concelebrada por los obispos auxiliares de la Arquidiócesis de Quito y alrededor de 150 sacerdotes, y contó con la participación de centenares de fieles, religiosas, religiosos, agentes de pastoral que llegaron para dar gracias a Dios y ser partícipes de este histórico acontecimiento.
Renovación para crear fraternidad
En su homilía, Mons. Espinoza Mateus, hizo alusión a la necesidad de vivir la fraternidad universal, en el contexto del tema del 53° Congreso Eucarístico Internacional: “Fraternidad para sanar el mundo”.
Destacó que, con la renovación de la consagración, Ecuador pone “su corazón en el Corazón de Jesús para amar, para servir, para abrir sus brazos, para mirar la realidad y, para crear fraternidad”.
Así también, hizo un llamado a “escuchar la realidad de nuestros hermanos, de nuestro prójimo, del desvalido que clama justicia” y enfatizó en que el “camino hacia la libertad empieza por la escucha al hermano y a Dios en la realidad”.
Monseñor Alfredo Espinoza subrayó que la renovación de la Consagración “es ir contra el pecado de la indiferencia que puede anidar en nuestro corazón” y recordó las palabras del Papa Francisco que cuestiona que “la cultura de la indiferencia domine nuestras vidas, nuestras ciudades, nuestro modo de vivir”.
“Todo es tuyo, salva al Ecuador”
En la parte final de su homilía, Monseñor Alfredo José insistió que ante la situación de violencia que vive el país es momento de “volver a renovar nuestra Consagración, de volver a decir de una vez y para siempre: “¡Todo es tuyo, salva al Ecuador!”.
150 años de una histórica consagración
La historia de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús comenzó en el siglo XVI y no tardó mucho en llegar a Ecuador, a través de los sacerdotes jesuitas. A partir de allí, se quedó en nuestro país, nación bendecida y llena de gracias y dones; “detalles del Señor”, lo llamarían algunos.
Ecuador fue el primer país en consagrarse al Sagrado Corazón de Jesús y el primer país en el que se llevó a cabo un Congreso Eucarístico Nacional. Ahora, casi 140 años más tarde, Ecuador será la sede del 53° Congreso Eucarístico Internacional, el encuentro más importante de la Iglesia Católica.
Según el Papa Francisco, este gran encuentro eclesial “pondrá de manifiesto la fecundidad de la Eucaristía para la evangelización y la renovación de la fe en el continente latinoamericano”.
Fraternidad para sanar el mundo
El Congreso Eucarístico Internacional que se realizará del 8 al 15 de septiembre de 2024 tiene como tema “Fraternidad para sanar el mundo” y será iluminado por la frase bíblica “Ustedes son todos hermanos” (Mt 23,8).
El llamado a crear y vivir la fraternidad responde a la urgencia que tiene la sociedad de hoy para sanar las heridas que sufren varios países de América Latina y el mundo, a consecuencia de la pobreza, la injusticia, la desigualdad y los conflictos sociopolíticos.
Según se destaca en el Documento Base preparado para el Congreso Eucarístico Internacional, “La pobreza y la desigualdad en América Latina son una llaga que se profundiza en lugar de aliviarse. La pandemia y sus consecuencias, el contexto mundial agravado en lo político, económico y militar, así como la polarización ideológica, parecen cerrar las puertas a los
esfuerzos de desarrollo y anhelos de liberación”.
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